La propuesta de valor que una marca hace al consumidor suele ser producto de la combinación de diferentes TIPOS DE BENEFICIOS o VALORES:
- Beneficios o valores Económicos: Las ventajas muy concretas (tangibles y cuantitativas) que ofrece el producto a nivel financiero (precio), de ahorro de tiempo y/o de ahorro de energía. Obviamente, aunque son los beneficios más racionales y fáciles de comunicar, no suelen ser muy duraderos dado el avance vertiginoso de la ciencia y la tecnología por lo que es difícil que formen parte de la esencia de la marca.
- Beneficios o valores Funcionales: Hacen referencia a ¿para qué sirve el producto? y se miden en función de la comodidad y/o capacidad de éste para solucionar un deseo, problema y/o necesidad determinados: variedad, olor, adaptabilidad, resistencia, rapidez, comodidad, flexibilidad, velocidad, innovación, fácil manejo, ecológico, I+D, confort, ergonomía, diseño, atención técnica, atención al cliente, memoria, transportabilidad, durabilidad, sin efectos secundarios, garantía, ‘le devolvemos el dinero’, etc. Los valores funcionales son la base de la mayoría de las marcas aunque, cada vez más, el posicionamiento y la diferenciación solo se consiguen con una buena combinación promesas funcionales y emocionales.
- Beneficios o valores Emocionales: Funcionan a nivel de los sentimientos ¿Qué vamos sentir al usar un producto determinado? Nostalgia, tradición, estar de moda, agrado, prestigio social, status, pertenencia a un grupo, orgullo, salud, triunfo, juventud, capacidad de seducción, independencia, libertad, femineidad, despertar admiración, sentirse protegido, auto-estima, vital, seguridad, elegancia, poderío, estilo, esfuerzo, superación, confort, tradición, etc.
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